El Club de los Poetas Muertos

Donde los sueños se funden con la realidad.

domingo, octubre 30, 2005

Que no se pierdan las historias

-No volverás a tocar esa música del infierno.

La voz del guardia estaba llena de odio, de rencor, de represión... y Víctor sabía que esos sentimientos no iban dirigidos a él. Aquel tipo estaba muerto de alma, no tenía brillo en los ojos.

Aunque poco podía ver el desdichado músico prisionero con la cara cubierta de sangre, jadeante, dolorido y magullado. Llevaba en aquel infierno cinco días y se sorprendía de seguir vivo. Ya no podía pensar con claridad, pero le quedaba algo de cordura para responder:

-Tenéis miedo de lo que no comprendéis. Supongo que le teméis a todo el mundo-, escupió.

Los guardias no le hicieron caso. Un corpulento carcelero se acercó con algo brillante en las manos.

-¿Qué... ?

La pregunta murió en los labios de Víctor Jara cuando la culata de aquel fusil se descargó contra sus manos. El guardia corpulento empezó con la mano derecha, y otro carcelero se animó a ayudarle a machacar la izquierda. Entre sus alaridos de terror, Víctor Jara oía las risas de los guardias.

La estrella del folk chileno nunca volvería a coger una guitarra.

2 Comments:

Blogger Artemisa said...

Escribí esto en verano y lo colgué de mi espacio de MSN, pero como me he cambiado de mail, he borrado dicho espacio. Así que dejo al Club otra historia ;-)


(Creo que empiezo a entender el concepto de relato corto. xD Cualquier día de éstos me atrevo con un micro-relato!!)

20:50  
Anonymous Anónimo said...

Está muy bien escrito, pero puntualizaré:

Para machacar las manos de un prisionero es bastante probable que se usara la culata de un fusil, no de una pistola, pues la culata de una pistola acercaría al torturador demasiado al prisionero, se arriesgaría demasiado.

El Mago:*

15:50  

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